¿Qué es la ansiedad?

ansiedadLa ansiedad es una reacción desproporcionada del cuerpo y de la mente ante una amenaza que no existe. Para intentar comprenderla, empecemos por analizar la respuesta ante una amenaza que sí sea real. Si te parece bien y para tener un punto de referencia, puedes prestar atención a tus sensaciones corporales y al latido de tu corazón. Bastan unos pocos segundos mientras lees. ¿Ya? Bien. Ahora, centrémonos en la amenaza. Nos sirve cualquier cosa que te asuste. Un desconocido en un callejón oscuro, una persona atractiva del otro sexo, la factura del gas, el dentista, tu suegra, etc.

Pero, si me lo permites, y por motivos pedagógicos, voy a caer en el tópico (y perdona mi falta de imaginación) y voy a ponerte delante de un hambriento tigre de Bengala.

Así que, si te parece, hazme el favor y sitúate a un par de metros de sus fauces abiertas y observa cómo se relame de gusto mientras clava en ti su mirada de depredador. Puedes ver sus rayas negras y amarillas que recuerdan a las de una avispa, su pelambre dorada y sus garras afiladas como cuchillos negros. Incluso puedes sentir el hedor a carne podrida de su aliento. Luego observa como se agazapa en la hierba tensando todo su cuerpo como un resorte, a punto de saltar sobre ti. ¿Eres capaz de imaginarlo realmente?

Si has conseguido “meterte” en la situación puede que hayan pasado algunas cosas. Si no, no pasa nada, llámame y te envío por correo un auténtico tigre de Bengala.

Bromas aparte. Está claro que en una situación de amenaza, tu cuerpo y tu mente, ¡gracias a Dios!, disparan toda una serie de mecanismos de emergencia. Especialmente dos, la activación y el miedo.

Es posible que tú también hayas notado ambas cosas con este ejercicio (un poco cutre) de imaginación. Ya que una amenaza imaginaria a veces también activa los sistemas defensivos (si no a nadie le asustaría ver una película de terror por ejemplo). Si es así, a lo mejor tu corazón ha empezado a latir más rápido y a bombear más sangre y energía al sistema muscular, a la vez que una gran cantidad de glándulas han empezado a inundar tu torrente sanguíneo con adrenalina, hormonas y otras sustancias destinadas a acelerar y fortalecer el metabolismo y prepararlo para una acción rápida, contundente y eficaz.

También te encontrarás un poco más nervioso, más activado y con más energía. Ya que estos sistemas pueden entenderse como el “dopaje” natural del cuerpo.

Este “dopaje” es útil precisamente para realizar las únicas dos conductas que pueden salvarnos el pellejo: huir y atacar.

(Nota: aunque si te ves en esta situación, hazme caso, y si aún no has desarrollado superpoderes, ¡mejor no ataques!)

Bueno, esto en cuanto a la reacción física. Pero no todo queda en el cuerpo. También hay una respuesta psicológica y emocional que intentará ayudarnos a solucionar este pequeño problema con dientes de sable. Y ese respuesta es, por supuesto, el miedo. Y será ese mismo miedo el que nos impulsará y nos motivará para hacer una de dos: destruir aquello que tememos (atacar) o alejarnos todo lo posible del foco del miedo (huir).

Ya se ve que son dos respuestas muy sabias: doparnos y morirnos de miedo. De hecho, el miedo, como el dolor, es una emoción extremadamente útil y universal, presente en todas las especies animales superiores. Y si no que se lo digan a todos los que se han salvado de ser devorados por un tigre (o devorados por tu jefe, por el dentista, por la suegra…).

Aunque, hay que decir, que, a veces, el mecanismo no funciona todo lo bien que debería y el miedo en lugar de lanzarnos a una acción (el ataque) o a la contraria (la huida), se queda como bloqueado en medio, paralizándonos, en una especie de cortocircuito conductual que no nos lleva a ninguna parte, excepto a convertirnos en el jugoso aperitivo de nuestro buen amigo el tigre de Bengala.

Bueno, hasta aquí todo muy claro (¡y divertido!). Resumamos: ante una situación de amenaza (real o imaginada), el cerebro programa una respuesta fisiológica de activación energética (“doping”) y una emocional (“morirse de miedo”), en un acertadísimo intento de ayudarnos a huir o a atacar. Un tío listo, el cerebro.

El problema empieza cuando nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan como si tuvieran delante un tigre de Bengala pero pero no teniendo delante absolutamente nada. Y, nada, por tanto de lo que huir o a lo que atacar. Es decir, se genera una respuesta de ataque/huida, o en nuestro lenguaje: “miedo + doping” sin que aparentemente haya ningún motivo para ello.

Mucha gente aquejada de ansiedad, lo describe así, de repente y “porque sí”, su pulso empieza a acelerarse, provocándoles una taquicardia o una sensación de arritmia, se ponen a sudar, sienten ahogos o presiones en el pecho, junto con un miedo pánico y un nerviosismo extremo.

Esto les provoca la certeza de que algo muy malo está ocurriendo. Por mucho que lo buscan no encuentran al tigre, y esto, por supuesto, les asusta aún más, hasta el punto de que muchos llegan a pensar que se están volviendo locos (lo que no ayuda precisamente a calmarse). Y como los síntomas son parecidos a los que tradicionalmente se consideran propios de un infarto de miocardio, los que no piensan que están enloqueciendo creen que están en la antesala de la muerte (lo que tampoco resulta muy relajante, que digamos).

De hecho, muchas personas llegan a pasarlo tan mal que acaban en urgencias (normalmente después de asustar a algún amigo o familiar diciéndoles que se están muriendo de un infarto o algo peor). Y es en el hospital dónde les informan de que el problema es “sólo” un trastorno de ansiedad y de que lo mejor que podrían hacer es buscar ayuda psicológica. Y pongo el “sólo” entre comillas, porque “sólo” un médico mal informado puede minimizar el impacto que la ansiedad puede llegar a tener en la vida de una persona, a veces mucho más negativo que el de una enfermedad orgánica. Aunque, eso sí, la ansiedad tiene la contrapartida positiva de que al ser “sólo” un problema psicológico, está en nuestra mano hacer algo para intentar solucionarlo. No somos sujetos pasivos del problema (como con una enfermedad del cuerpo) sino personas activas que pueden arremangarse y ponerse manos a la obra para enfrentarse a él y vencerlo.

Así que, concluyendo, podríamos definir la ansiedad como una respuesta psicosomática desproporcionada ante una amenaza que no existe.

O, en pocas palabras: hay miedo, hay doping, no hay tigre.

(seguimos en próximas entregas)

14 comentarios sobre “¿Qué es la ansiedad?”

  1. Estoy pasando por ello, mis padres murieron hace poco, he abierto un negocio en estos tiempos y ademas mi relacion con mi novia cada dia va a más…estoy yendo al psicologo y me dice que estoy muy estresado, nervioso y ansioso. El ultimo fin de semana tiré mi portatil por la ventana porque ella me pregunto por ciertas fotos de desnudos en mi perfil del facebook. Tengo la sensacion de que quiero escapar de la relacion.
    hago deporte y ademas tomo tila alpina. Algún consejo más???

    1. Hola David, lo primero gracias por tu comentario. Siento que estés pasando por una situación así. Como bien sabes es muy difícil. Espero que encuentres los recursos y la fuerza necesario para enfrentarte a ello y superarlo. Normalmente no aconsejo, ya que cada caso y cada situación es única. Puedes leer otros artículos sobre ansiedad que he publicado (arriba a la derecha, en el menú de la web verás que hay una sección «ansiedad»). Precisamente ahora me encuentro escribiendo dos artículos más sobre causas sociales de la ansiedad y sobre algunos métodos para enfrentarse a ella que me han sido efectivos en algunos tratamientos. Suscríbete a la web, si lo deseas, poniendo tu e-mail en la casilla que hay a la derecha y así los recibirás en tu bandeja de entrada cuando los publique. Un abrazo y estoy a tu servicio si quieres contarme algo más o si crees que puede ayudarte. Gracias de nuevo.

  2. me resulta realmente tan cierto y real lo que relatas, que és de agradecer que haya gente professional que se dedique ha crear e ir más alla en su especialidad y muestre sus enseñanzas sin tabues y de forma tan clara y sencilla, como tú lo haces. muchas gracias de corazón. un abrazo!

    1. Hola Berta, disculpa la tardanza en contestarte, pero he estado unos días fuera en una especie de congreso. Muchas gracias por tu comentario. Exacto, yo lo que pretendo es aprender cada día de la gente que viene e ir más allá de los modelos de escuela, útiles pero limitados, y cada vez voy ampliando mi experiencia con personas con diferentes problemáticas, por ejemplo ansiedad. A ver si consigo sacar tiempo y voy publicando más que tengo todavía muchos artículos en el tintero. Un abrazo y gracias de nuevo.

  3. pienso igual que Berta, excelente lo que haces, yo lo encontre hoy y no he parado de leer todos tus articulos, espero cuando termine mi carrera este año, poner mis conocimientos a disposicion de los demas con la bondad que tu lo haces, hoy me has dejado una enseñanza, estoy del otro lado del planeta, sin embargo es bueno saber que hay buenos seres humanos en todas partes.
    bendiciones para ti

    1. Muchas gracias por tus palabras Maria Eugenia! Para mí es importante dar a conocer lo que soy y mi forma de entender la terapia y la psicología. Una cosa que me sorprendía mucho era las pocas webs en las que de verdad se explicara cómo se ejerce la terapia y desde qué enfoques o escuelas.

      por otra parte, si ves bondad en mí es la que tú misma reflejas. Siempre vemos lo que llevamos dentro!

      Tengo la idea de subir nuevos contenidos en cuanto acabe un proyecto con el que estoy y que me roba casi todo mi tiempo. Un abrazo, bendiciones y se agradecen estos comentarios.

  4. hola que tal, la verdad que he pasado por un momento que he sentido una especie de ansiedad, como una energìa que uno se siente desbordado, con la cual me di cuenta que al preocuparme mas, peor es, ya que nunca he sido de asì, estan buenos los consejos, ante todo la calma, y no huir de esas sensaciones, ya que uno las puede reprimir, pero en algun momento de crisis se activan, al menos esa ha sido mi perspectiva ya que años atras lo sentì pero lo supere, o lo oculte. Asi que lo mejor es eliminar todo para afuera, conversarlo , y buscar la paz. Espero alguna opiniòn, saludos y gracias por las buenas energias,.

    1. Muy cierto lo que dices. Gracias a ti por comentar y compartir tu experiencia. El ataque de ansiedad suele ser como una bola de nieve en el que el miedo al propio ataque lo provoca lo que hace que haya más miedo… Lo mejor es afrontar las causas profundas de la ansiedad de cara, pero ignorar los síntomas. Aunque no es fácil diferenciar una cosa de otra y, la mayoría de las veces, no somos del todo conscientes de los motivos de los ataques. En mi práctica en cuanto las personas empiezan a relacionad la causa con el efecto y se dan cuenta de lo que realmente pasa dejan de tener los ataques o éstos se reducen en intensidad, pero a cambio se hacen conscientes problemáticas emocionales (normalmente graves) a las que hay que enfrentarse… Un abrazo y bendiciones!

  5. buenas, he encontrado tu web por casualidad y solo quería decirte que me ha encantado (sobretodo por la sencillez y claridad con la que escribes). me he sentido especialmente identificada con la descripción que haces de los sítnomas de ansiedad (la primera vez que tuve uno pensé que me estaba volviendo loca y que iba a morir!) y creo que pueden resultar muy útiles para alguien que esté pasando por lo mismo pero que no sabe ‘ponerle nombre’. yo ahora llevo 7 meses de psicoterapia y me ha ayudado mucho. así que desde aquí animo a todo el mundo que esté pasando por lo mismo a pedir ayuda psicologica. vale la pena.
    nada más, pedirte que si tienes tiempo escribas más sobre el tema (me interesa especialmente ver la posible conexión entre la infancia vivida y la relación con los padres-hermanos y el hecho de padecer anisedad). todavía no lo he hecho pero voy a intentar el ejercicio que propones de escribir una carta al niño que fuimos. aunque ya llevo semanas con terapia todavía a veces me sigue dando miedo enfrentarme a ello..
    gracias y felicidades por la web. un saludo desde barcelona.

    1. Muchas gracias Lila, por tus ánimos y tu comentarios. Se agradece, de verdad. A ver si tengo tiempo y sigo publicando artículos sobre el tema, porque tengo todavía muchos en la recámara. Por desgracias casi no tengo tiempo para redactarlos.
      Conectar con la infancia siempre es positivo en un proceso terapeútico y, normalmente, necesario (a no ser que la persona se conforme con una aproximación muy superficial). Un abrazo y gracias de nuevo!

  6. Hola Rafa, Creo que tengo un cuadro de ansiedad bastante alto. Mi día a día, está lleno de taquicardias, nerviosismo, y ganas de llorar. Mi situación laboral no está en su mejor momento, la empresa donde trabajo, cierra en breve. Mi relación de pareja se está hundiendo.. y creo que está aflorando toda la basura de mi infancia y adolescencia…(los pilares para tener una edad adulta sana). Soy consciente de tener un problema, y sé que aunque haya intentando convencerme a mi misma de que lo puedo solucionar sola… no puedo.

    1. Hola María. Pues sí, por lo que me cuentas tienes problemas pscioemocionales de los que muy habitualmente se ven en terapia. Como tú bien describes cuando los pisos superiores empiezan a resquebrajarse se ve la solidez del cimiento. Por lo que dices sí que sería recomendable hacer una terapia, te ahorrarías tiempo y sufrimiento si das con una persona con la que sientas cierta empatía y ganas de trabajar. En cualquier caso, no tengas miedo y lleva el proceso hasta el final, dentro de ti misma está el «tesoro». Ánimo y y a por todas. Espero que puedas integrar todo ese material de un modo u otro. Bendiciones

  7. Hola Rafa,me ha encantado conocerte en este blog y he podido leer algunos artículos relacionados con la ansiedad. Vivo con la ansiedad a diario , he leído,he hecho meditacion,he tomado medicacion y a dia de hoy sigo un poco mejor pero ahí sigue , surgiendo cuando menos te lo esperas y cuando termina te das cuenta que no había ningún tigre ….. Rafa, es verdad que con una teparia se cura esta enfermedad llamada TAG?? Gracias

    1. Hola Beatriz. Claro que se cura. Bueno, mejor dicho no «se cura» porque no es una enfermedad como lo pueda ser un cuadro médico orgánico. El TAG es un trastorno, un desajuste de ciertos elementos de la vida interna y externa de una persona que puede abordarse en una terapia con bastante esperanza de éxito. Un abrazo y espero que encuentres la fuerza y la «guía» para enfrentarte de cara a esa ansiedad y superarla. Ojalá! Un abrazo y bendciones

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